domingo, 29 de enero de 2012

Hermana


Hermana:

Te veo.
Esa barrera ya no existe, ya la perdiste. Ahora tu sonrisa me da la bienvenida todos los días. No tengo otra opción más que responderte, forzado, ¿decepcionado, tal vez? Tu esencia: brutal.
Si lo hubiera sabido, hubiera devuelto el tiempo.
Lo sé, lo sé, es trillado, típico, aburrido pero es lo único que puedo pensar, es lo único que quiero pensar. Me tocas la mano, inocente, sin saber que surge por mi mente, ¿ya sabrás mi secreto? ¿Sabes lo que nadie quiere decir?
Mis amigos lo saben, el mundo lo sabe.
No lo sabes.
No sonreirías.
Ella viene.
Tu sonrisa se va, como siempre. ¿Por qué se va? ¿Me dices que sí?
¿Qué puedo hacer? A ver, ¡contéstame!, ¿qué podría hacer en donde no quedo como el gran sátiro de la historia?
Ella me toma de la mano, me acaricia con una sonrisa y un beso. Tengo que responder, lo siento.
Ella se va, yo me tengo que ir, pero me voy feliz.
Al besarla, te beso. 

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